El trabajo de opositor no es una tarea nada fácil de por sÃ, pero menos lo es aún si le sumamos esta crisis, la erosión del empleo y la falta de rigurosidad y medios de los que la administración emplea en sus procesos selectivos.
Los dos factores que tienden a hacer mella en los opositores con más incidencia son:
-La tardanza cada vez mayor en presentar la oferta de empleo público.
-La tardanza en la publicación de las bases para las pruebas selectivas.
Sin la oferta de empleo público no sabemos a lo que nos enfrentamos. Nos hacemos una idea de la dureza de las pruebas selectivas en base a las plazas de cada oposición y sin esas metas no podemos baremar nuestras posibilidades y nos cuesta más motivarnos para las sesiones de preparación.
La tardanza en la publicación de las bases implica no saber hasta meses e incluso pocas semanas antes la materia en cuestión a tratar y los requisitos a cumplir, cosa que puede hecharnos a perder mucho tiempo de trabajo y dedicación a cosas no tan necesarias y descartar por consiguientes otras tantas quizás muy necesarias y que ni siquiera considerabamos.
Dicho esto, yo recomiendo haceros un calendario personal, no os dediqueis a esperar unas fechas siempre discutidas hasta momentos en los que la preparación de la oposición se hace imposible. Intentad marcaros vosotros vuestro temario y vuestras fechas, ya que nadie mejor que vosotros mismos sabeis cuánto tiempo disponeis y en cuánto sereis capaces de memorizar ciertas materias. Esperar fechas irregulares y esperanzaros a cierto número de plazas solo hará que os desequilibreis y no lleveis una rutina concreta de estudio.
Por último, no hagais caso al número de personas que se presenten, pues en una oposición no se trata de aprobar, si no de superar al resto, y que hallan más opositores no implica que suba la nota de corte o que la gente vaya más preparada, solo es un número para estadÃstica.
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