Alternativas Al Problema Del Desempleo (Ii)

Una de las trabas que se dan en la práctica para hacer coincidir las ofertas y las demandas en el mercado de trabajo es la movilidad geográfica.

Así, en muchas ocasiones hay déficit de empleados especializados en determinadas labores en algunas zonas, mientras que hay demasiados trabajadores expertos en otros asuntos, lo cual provoca desempleo y una tendencia a la baja de los salarios.

Una de las razones por las cuales los trabajadores no suelen estar dispuestos a trasladar su residencia es la alta tasa de vivienda en propiedad que hay en España en relación al alquiler (más de un 80% en propiedad), así como el alto coste de la hipoteca, que dificulta enormemente la posibilidad de que un trabajador afronte el pago mensual de la misma y adicionalmente alquile un piso para vivir en otra localidad.

Hay que destacar que en otros países la proporción entre compra y alquiler cambia considerablemente, estando Alemania por debajo del 50% de propietarios, y países como Holanda y Dinamarca, alrededor del 50%.

Esta proporción, además de posibles razones socio-culturales, ha sido fomentada por las políticas fiscales existentes en España, que priman claramente la compra respecto al alquiler, y por lo tanto podría cambiar en parte si las políticas aplicadas fueran otras.

Por otra parte, también es cierto que en muchas ocasiones se nos compara con países como Dinamarca y Holanda, que son países de alrededor de 40.000 kilómetros cuadrados (aproximadamente el tamaño de Extremadura), y con unas buenas infraestructuras.

Además del cambio comentado en la política fiscal a favor del alquiler, hay la opción de potenciar la movilidad geográfica en sí. Actualmente, aunque no es muy conocido, existe la posibilidad de tener una reducción en el IRPF para el trabajador que cumpla los requisitos establecidos, de forma que durante ese año y el siguiente, cotizaría menos por IRPF, con lo cual tendría un importe líquido mayor en la nómina (cobra más).

Para ello, hay que cumplir determinados aspectos, como son: estar inscrito en una oficina de empleo (en el caso de que uno cambie de trabajo, cumpliría este trámite inscribiéndose previamente en el INEM antes de darse de alta en el nuevo trabajo), aceptar un nuevo trabajo que exija un cambio de residencia a un nuevo municipio, y cambiar efectivamente de residencia habitual.

La reducción puede estar alrededor del 1% o el 2%, es decir, en la práctica pueden ser unos 50 euros más al mes, que evidentemente no compensan los costes que supone el traslado.

Quizás por eso podría potenciarse más este aspecto, de forma coordinada con el tema del alquiler, de manera que los trabajadores estén más dispuestos a aceptar un trabajo que no esté en las cercanías de su residencia habitual.

Pablo Rodríguez es licenciado en Ciencias Empresariales, postgraduado en Auditoría de Cuentas y máster MBA, apasionado del mundo de la economía y la gestión empresarial. Para compartir sus comentarios y su punto de vista sobre estos temas, visite:

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